Primer piquete ante la cadena de casas de juegos y apuestas Vicente Carrasco S.L.

En el barrio de Tetuán, igual que en muchos otros, han brotado como una plaga los locales de juego o casas de apuestas. Los empresarios sin escrúpulos de éstos centros consiguen desplumar en ellos a una cantidad creciente de trabajadors, empobreciéndoles aún más.

Es el penúltimo eslabón de la cadena que nos une a éste sistema: primero nos roban arrebatándonos el fruto de nuestro trabajo. Después, a través del Estado, nos arrebatan en forma de impuestos directos e indirectos, multas, encarecimiento de la vida por el banco estatal, etc., gran parte de las migajas que nos dejan las empresas, transfiriéndoselo a los ricos en forma de leyes beneficiosas, privatizaciones de los servicios básicos que pagamos, reparto desigual de los presupuestos, etc.

De esa perversa manera funciona el sistema capitalista. Primero crean la necesidad de trabajar para un patrón que nos explota y luego, en sucesivas capas, acrecientan esa necesidad para llevarnos al ansia de jugarnos el sueldo: el poco dinero que nos queda para nuestra supervivencia y la de nuestras familias.

Pero hay un eslabón más en esta cadena de explotación. Y no es otro que la situación de les propies trabajadors de estos locales, a los que privan de sus derechos económicos y sociales más básicos, para minimizar costes y así aumentar sus beneficios y los de sus dueños, directivos, accionistas e inversores, todos ellos igualmente responsables de la explotación y los sufrimientos a que someten a sus empleades.

Para no andarnos con generalidades podemos decir algunas de las situaciones a las que se enfrenta nuestra compañera, trabajadora desde hace más de cinco años en el local de apuestas del grupo empresarial Vicente Carrasco S.L., situado en la calle pensamiento nº2 de Madrid, en el barrio obrero de Tetuán.

Durante todos éstos años le han obligado a trabajar sin poder organizar su vida, pues nunca le han proporcionado el calendario laboral anual; en turnos de trabajo interminables que superan la jornada máxima legal, sin que las horas extras le sean remuneradas; forzándola a firmar un registro horario falseado con muchas menos horas de las que hace realmente y adaptado al máximo permitido por la ley. Además le han negado el disfrute de sus días de asuntos propios.

También debe realizar labores de encargada, aunque su categoría y salario sea de ayudante de sala. Además los turnos se cubren con una única trabajadora, por lo que no puede hacer el descanso de 15 minutos que le corresponde ni acudir al baño, ya que no puede dejar descubierto el puesto de trabajo, bajo pena de sufrir una sanción por parte de la empresa.

Tampoco se cumplen los descansos semanales ni las horas de descanso obligatorias entre los días de trabajo. No le pagan las festividades trabajadas ni las horas nocturnas. La empresa descuenta dinero de su nómina si hay descuadre de caja, aunque el manejo de dinero esté fuera de sus obligaciones y no le pagan el obligado plus de quebranto de moneda.

Estos son sólo algunos ejemplos de lo que es la vida cotidiana de les trabajadors de estos centros de explotación. Nos reservamos otros para más adelante, porque no contentos con ésta tortura cotidiana, cuando nuestra compañera ha intentado hablar con sus empleadores para solucionar esta situación, la empresa ha decidido, como castigo, cambiarla de centro de trabajo, obligándola a trasladarse a uno conocido por arrastrar problemas de seguridad que han llevado a la intervención de la policía, en numerosas ocasiones, por situaciones violentas. Este centro, a pesar de los incidentes que se han dado, no cuenta con ningún tipo de medida que garantice su seguridad física, lo que le ha provocado un estrés y un sufrimiento psicológico que está afectando a su vida diaria.

Este es el proceder habitual de estos “creadores de empleo”. Así consiguen que les trabajadors que piden los más básico derechos laborales en su trabajo (porque lo que hace la empresa es ilegal, además de inmoral) abandonen la empresa ”voluntariamente” renunciando incluso al derecho a la prestación por desempleo.

Por todas estas razones, el pasado 30 de julio, unes diez adiliadxs de la CNT-AIT de Madrid, realizamos el primer piquete informativo (no será el último) delante del centro de trabajo del que han expulsado a nuestra compañera, como castigo por pedir que respetasen sus derechos laborales más básicos.

El piquete no pudo ser más efectivo. Toda la tarde estuvimos recibiendo palabras de solidaridad y de ánimo para nuestra compañera, de complicidad con esta lucha y, en general, toda clase de muestras de apoyo hacia la CNT-AIT y nuestra afiliada, por numerosas personas del barrio que llegaron a sumarse al piquete (incluso clientes habituales de la casa de apuestas).

Pudimos pasar un buen rato cuando apareció “el jefecillo”, que es el encargado de varios locales de juego de la compañía y que parece que va a heredar la empresa. Acostumbrado a que se le obedezca, pues está respaldado dentro del centro por todo el aparato coercitivo de la empresa que mantiene a les trabajadors en esa situación de explotación y vulnerabilidad, muy ofuscado llamó a la policía e intentó que nos echaran, sin conseguir ni una sola de sus pretensiones: allí seguimos hasta que decidimos que habíamos cumplido con nuestros objetivos de difusión en el barrio. Y allí siguió el susodicho, agazapado y esperando no sabemos qué acción peliculera que se hubiera podido imaginar, mientras charlábamos durante largo rato habiendo finalizado ya el piquete informativo. Esa es la fortaleza que construimos les trabajadors cuando nos unimos para exigir que se nos respete: quienes se creen tan grandes y poderosos, se ven como realmente son.

Y así es como se va a ver la cadena Vicente Carrasco S.L. cuando finalice la campaña sindical que hemos iniciado para proteger los intereses y la propia salud de nuestra compañera. Vamos a hacer que todo el mundo se entere de lo que hacen con sus clientes y trabajadoras las empresas de locales de juego en general y la empresa señalada, Vicente Carrasco S.L., en particular.

Invitamos a vecinos y vecinas de los barrios a que denuncien a estas empresas que nos destruyen a mayores y a jóvenes. Animamos a los trabajadores y trabajadoras que frecuentan estos locales a que dejen de dar dinero a estas empresas a costa de su propia supervivencia. Y por último, a les trabajars le pedimos que se unan a nuestra compañera en su lucha contra la explotación a que están siendo sometides, hasta conseguir que les sean respetados todos y cada uno de sus derechos laborales y humanos que nuestra clase ha conseguido imponer mediante la lucha al Estado y el capitalismo.

Panfleto
Panfleto repartido durante el piquete informativo