Compañero, queremos agradecerte el tiempo que hemos pasado juntos en la lucha y en la vida. Los buenos ratos, las risas…
Nos has dejado muy joven, demasiado joven, tan sólo con 28 años, Guille. ¡Maldita sea!
Aún no somos conscientes de esta horrible situación, estamos en shock.
Te podríamos decir tantas cosas amigo…, el dolor que ahora nos invade, la rabia, todo, es
inexplicable.
Sabías que eras especial para muchas de las personas que te conocimos, y que tenías un talento único como escultor, cosa que algunas personas te dijimos y apoyamos siempre.
Gracias amigo por los buenos ratos que nos diste, te lo agradeceremos eternamente.
Esperamos que allá donde estés, puedas seguir amando la Libertad como siempre hiciste.
No te olvidaremos nunca. Sigues aquí, cerca, en nuestros corazones.
Que la tierra te sea leve compañero. Ojalá no haber tenido que escribir escribir esto nunca.
Un fuerte abrazo y toda la fuerza del mundo para todos los familiares y amigos. En especial a sus padres y su hermana. Pocas palabras más pueden decirse.
¡¡¡¡Hasta siempre, amigo!!!!