Compañexs en lucha. Hospital 12 de octubre. Madrid.

El pasado 17 de octubre, compañeros del SOV y de la sección de Sanidad de la CNT-AIT intervinieron el hospital “12 de Octubre” para sacar de las pordioserías de sus cocinas y denunciar, el emponzoñamiento gradual de pacientes por el empleo para la preparación alimentaria de recipientes de aluminio excoriado y deformado.
 
La situación no es nueva, pero la dirección del hospital y sus accesorios, los lameculos de la cadena de Hostelería y el Comité de Salud Laboral, saben que desde sus puestos manejan el cortijo sin que nadie les tosa. El delegado de Salud Laboral de la sección de Sanidad en este hospital, nuestro compañero Miguel, desde su situación de intemperie y de represión sindical, está arriesgando el pescuezo, y  ya ha sido sancionado, por sus intentos de evidenciar la manipulación, el ocultismo, el despotismo de esa banda de trileros.
 
Las malas prácticas en ese negociado son las habituales en los grandes centros sanitarios públicos, donde el grado de autonomía de gestión de las direcciones gerentes -más aún, si desde sus poltronas en la Comunidad, el PPSOE es el salvoconducto de empresas privadas expoliadoras (valga la redundancia)-, sirve para comprar voluntades y custodiar el buen comportamiento de sus criaturas bastardas: comités y subordinados.
 
Se formaron dos grupos: mientras uno de ellos se situaba a las puertas de la entrada principal del “12 de Octubre” arbolando pancarta y megafonía, e informando con octavillas, el segundo recorría de arriba abajo las quince plantas empapelándolas con los carteles que advertían de la contaminación y del endemismo de esas malas prácticas, y con las fotografías que delataban el uso de marmitas y ollas de aluminio corrompido.
 
Salvo excepciones, pensar que pacientes, familiares y acompañantes, lleguen a involucrarse en cualquier maniobra señalando la cabeza de la quimera es, en cierta forma, eludir la responsabilidad de nuestra sección de Sanidad  por sabotear y arruinar el chiringuito de comida bazofia que homologa la gerencia del hospital.  Las denuncias interpuestas por nuestro compañero, tanto en departamentos ministeriales y de consejerías con competencia en Seguridad y Salud Alimentaria, como en Inspección de Trabajo, han sido baldías; únicamente, consideraciones legislativas ambiguas y ciertas recomendaciones a la dirección del hospital, sin apremio y sin un seguimiento que avalara esas observaciones.
 
Ahora, sólo reconocer el trabajo tenaz de Miguel, que no le falte el ánimo –la anarcosindical será el puntal- en su particular lucha contra este emporio ante una más que previsible nueva ofensiva autoritaria de jefezuchos, y del chapoteo de sus voceros, los propios compañeros reventadores, carne de esquirolaje y pleitesías.