Alicia se suicidó por inminente desahucio. Hipocresía y complicidad.

Alicia tenía 65 años, edad para jubilarse y que te dejen vivir tranquila. Decidió quitarse la vida este lunes 26 de noviembre, cuándo hizo acto de presencia en lo que fué su casa, la comisión judicial, acompañada de la policía municipal. Se tiró de un quinto piso.

Los medios no tardaron en hacerse eco de la noticia, con  pinceladas de sutil ideolgía, la capitalista. Así se nos dice que la mujer tenía alternativas y que según el Ayuntamiento la ayuda no llegó porque ella no quiso, con haberse empadronado bastaba, como si no supieramos que las ayudas no te las dan salvo estes en la indigencia y por supuesto no en todos los casos.

Al margen, resulta odiosa la manía que tienen los socialdemócratas de querer llevarnos a la desesperación pasiva que hace que tengamos que vivir en la indigencia para ser salvadas. Pasiva porque aceptamos todas las imposiciones de la burocracia que hace que desistas en un momento dado de pedir ayudas sociales, aunque si logras llegar, hasta te dan  los 400 euros de ayuda. Pasiva, porque van minando nuestra moral, haciéndonos indignas de exigir, de reivindicar y hasta de vivir. Este es un mecanismo de autocontrol impuesto, muy definido, aunque sea díficil percibirlo.

No se te ocurra ser digna y peleona, porque tendrás a las instituciones en contra. También hay casos en los que vas a pedir ayudas sociales y te quitan los hijos, porque eres muy pobre para mantener a las criaturas. No basta con ser pobres, también tenemos que ser pobres y desgraciadas y además parecerlo.

A la vez que los mass-media dan su emotivo adiós a Alicia, anuncian por alguna parte de la pantalla, página u hoja de periódico algun tipo de propaganda u oferta relacionada con un banco o con una inmobiliaria, quién sabe si algún periódico local se hará eco de la inmobiliaria que denunció a Alicia por impago, «Apartamentos Galileo»

Las de Ahora Madrid, dicen estar muy afectadas por esta muerte, a la vez que presentan un nuevo reglamento para la vivienda social de Madrid, aún más restrictivo que el anterior.

La iglesia no ha dicho mucho, poco tiene que decir, está haciendo un buen negocio con las subvenciones que cobra por las indigentes y es dueña de una gran cantidad de propiedades.

Los jueces, no han condenado a ninguna entidad en la historia reciente de la burbuja inmobiliaria por aquello que se llama especulación. Jamás han condenado a ninguna entidad por vender pisos que quitaron a la gente, en pujas por valores muchisimos más bajos que el que reclamaban a les desahuciades. Jamás se ha puesto tope a la especulación para que la gente pueda tener vivienda. La vivienda sólo se contempla como negocio. Jamás han hecho responsable subsidiaria a ninguna entidad por suicidio.

La fiscalía, pide que te castiguen por pobre y desgraciada.

Los politicos aprueban leyes que impiden cualquier opción digna a la vivienda. Imponen la miseria y la deseperación de no llegar a fin de mes.

La UE, rescata bancos.

La policía, obedece las leyes, por tanto a los que hacen las leyes y los derechos de los empresarios.

El personal judicial, hace muy bien su trabajo y alguno hasta se alegra.

Los cerrajeros, hacen muy bien su trabajo y alguno hasta se alegra.

Los vecinos en lugar de ayudarte, miran a otro lado, en el mejor de los casos.

 

Es díficil imaginar el grado de desesperación de sentirse desprovista de lo más esencial para el desarrollo de nuestra vida cotidiana, nuestro hogar. Mientras buscamos salidas dignas, tendremos que procurar que nadie se sienta sola en su miseria, por supuesto sabemos con quién no contar. Salud.

!NO SON MUERTES, SON ASESINATOS¡