Al compañero Antonio Morillo
Ha muerto el compañero Morillo. Ha sido así, de repente. Ha sido como recibir un bofetón desprevenidos. Estamos consternados.
Manuel Antonio Morillo González tenía 39 años de edad, compañera Lidia, y una hija, África, de cuatro años de edad. Aún no notamos en profundidad la ausencia que nos ha dejado. Son tantos los recuerdos, comentarios, anécdotas, chascarrillos que corren entre nosotrxs que es imposible a vuelo rápido ordenarlos para hacernos una idea de quién ha sido y qué ha hecho este compañero por nosotrxs y por tanta gente a la que no conocía, pero siempre prestaba ayuda y solidaridad.
Morillo entró por la puerta del sindicato hace más de 15 años, con una juventud radiante y unas ganas de cambiar el mundo que no le cabían dentro. Nos planteó claramente que venía porque estaba harto del comité de empresa y quería cambiar las cosas. Que si podíamos ayudarle a hacer una candidatura para acabar con aquello. Le explicamos lo que somos y lo que queremos, lo que pensamos que da fuerza para cambiar las cosas; lo que proponemos. Aceptó y nunca dejó de trabajar y luchar por ello. Actualmente era el Secretario de Acción Sindical de nuestro Sindicato y asesoraba diversos conflictos.
Autodidacta, aprendió de leyes, de asambleas, de los intríngulis prácticos del sindicalismo, de las trampas y el cartón de las relaciones con otros “sindicatos”, con las empresas, con sus encargados…. Junto a los compañeros/as de sección de limpiezas desarrollaron un trabajo de concienciación que fraguó en dar protagonismo a las asambleas y en aglutinar, por la seriedad de su trabajo, a aquellos/as que lo necesitaban. Su privilegiada memoria le convirtió en esa persona de referencia a la que todos y todas acudíamos para consultar sobre derechos y leyes, pues todas estaban en su cabeza.
No podemos hacer ahora relación de sus actuaciones. Ya lo haremos. Nos quedamos con una anécdota -o más que una anécdota, una instantánea- correspondiente a la Huelga de Limpieza de Metro de Madrid, que se desarrollo allá por los finales de 2007. Las asambleas impusieron una huelga de 21 días, sin servicios mínimos, de alta repercusión entre usuarios, sindicatos y opinión pública. Estando a la vista la firma del acuerdo, que cerraba el conflicto, la patronal imponía una clausula de Paz Social como condición indispensable para la firma del documento. Morillo lo dijo bien claro: “No puede haber Paz Social mientras no se consiga la emancipación de los trabajadores”. Y CNT no firmó. Qué expresión tan clara del sentido que tiene la propuesta del anarcosindicalismo. Qué resumen tan contundente del sentido de nuestra organización.
Morillo, Antonio, Mori, Maceda…vamos a seguir luchando por eso, aunque nos lo pongas mas difícil por no estar tú aquí, empujando en ese camino. No te vamos a defraudar ni a ti ni a todxs lxs que han compartido esta ilusión. Morillo, la lucha continua y tú estás en cada uno de nuestros actos y en lo más profundo de nuestros corazones.
Que la tierra te sea leve compañero.
¡¡ La lucha es el único camino !!
¡¡ Hasta que todas seamos libres !!
A Antonio Morillo
Has dado en la tierra, hermano
más pronto de lo acordado
partiendo así has quebrado
dejando en nosotros tanto
que casi no conseguimos
trocar la rabia en llanto
Mano a mano perseguimos
más de un millar de ideales
y las batallas fueron tales
que los infames caudillos
unos a otros gritaban
¡corred, que viene Morillo!
Tu voz el aire rasgaba,
llora la roja tintura,
tu risa largo perdura,
desgarra la negra tela,
y entre emociones clamamos
¡ahí marcha la enciclopedia!
Jamás, Antonio, olvidamos
por los demás todo diste
luce la Anarquía hoy triste
firme es esta decisión
hasta acabar con el alma
¡por ti, compañero, la Revolución!