Tercer piquete contra explotadores San José S A
CRÓNICA DEL PIQUETE ANTE EL AYTO., CONTRA CONSTRUCTORA SAN JOSÉ
El pasado 19 de mayo, frente al Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, a espaldas de esa suerte de palacio iluminati que es el consistorio, y en el mismo páramo burgués de la calle Montalbán, donde radica otro órgano putrefacto de la Administración, una de las sedes de Hacienda, germinó un pequeño bosque libertario, una decena de compañer@s activando la mecha del piquete como herramienta; no tanto como desactivación de las arbitrariedades patronales en estos tiempos de raquitismo agitador, como de apoyo fraterno al compañero que salió malparado en su lucha por denunciar y poner en evidencia los despropósitos de una contrata parásita que chupa de las ubres de este Ayuntamiento.
Precedido de anteriores piquetes delante de la UTE de la Constructora San José, y de una cumplida campaña informativa en redes, directos al corazón de estos pistoleros, este nuevo episodio piquetero fue una réplica de los mencionados, con la salvedad de no poder hacer uso del megáfono ante la presencia de los guindillas municipales (por otro lado, perfectamente reemplazado por el vozarrón de nuestro locutor de cabecera en Radio Tirso), y del escaso tránsito de gente en los aledaños del edificio. Por descontado, la acción no reparó en esos detalles y continuamos durante hora y media pegadxs a la fachada, panfleteando y pasando por Registro el sentido del piquete.
Desde los primeros instantes, la indigencia laboral en la que debía sobrevivir nuestro compañero, no pasó por alto, ni fue consentida; de manera que, a partir de su determinación de airear las irregularidades y vulneraciones de derechos, y de su puntual denuncia ante Inspección, tanto por incumplimiento de convenio en jornada laboral, como por el concienzudo complot empresarial contra la salud de la plantilla manteniendo unas condiciones de salubridad en las dependencias de uso común propias de las bodegas de un galeón, la empresa actuó como cabía esperar de un verdugo: represión sindical, acoso y, finalmente, despido.
Las (sub) contratas siempre han sido un ariete policial de la patronal para neutralizar unos derechos ya más que golpeados en la empresa núcleo, y para anular voluntades que luchan por la dignidad en el trabajo. La batalla de nuestro compañero es contra la jerga empresarial del despido a discreción, sin miramientos, y de la absoluta impunidad patrocinada por Ayuntamiento y sus acólitos: Inspección y jueces.
Si están acostumbrados a la inacción de clase, nosotr@s vamos a seguir recordándoles que la CNT-AIT no retrocede y que plantaremos cara hasta alcanzar la readmisión del compañero.
¡SI TOCAN A UNA, NOS TOCAN A TODAS!
¡LA FUERZA DEL OBRER@, LA SOLIDARIDAD!